Reseña de “Infancia clandestina”

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En 2012 el argentino Benjamín Ávila dirige Infancia Clandestina, película escrita junto a Marcelo Müller y cuyos actores principales son Teo Gutiérrez Moreno, Ernesto Alterio, Natalia Oreiro, César Troncoso. Tras ganar numerosos Premios Sur, en 2013 fue elegida preseleccionada por la Academia Argentina para participar en los Premios Óscars y en los Premios Goya.

Película basada en hechos reales, se ambienta en la Argentina de 1979, durante la última dictadura cívico-militar y la contraofensiva de Montoneros, guerrilleros revolucionarios de la izquierda peronista que deseaban la caída del régimen fascista que gobernaba el país en ese momento.

Infancia clandestina está narrada desde los ojos de Juan, un niño de doce años, que vuelve a Argentina junto a su familia después de haber estado exiliado en Brasil, México y Cuba. Como es clandestino, tiene que vivir con una identidad falsa: tiene otro nombre, así como sus padres y su tío Beto, a quien lo une un lazo especial. En la escuela y en el barrio se le conoce como Ernesto, un niño que intenta vivir una vida normal, mientras que en su casa, en apariencia una fábrica de maní con chocolate, vuelve a ser Juan y asiste a la organización de operaciones militares por parte de sus padres guerrilleros. Su vida cambia cuando conoce a María, una compañera de colegio, su primer amor, y cuando se da cuenta de que ya no puede soportar esa doble identidad.

En esta película destaca una mezcla de sentimientos cuales el amor, la alegría, el dolor, la valentía y el miedo, que están muy bien transmitidos por las técnicas cinematográficas empleadas por el director: él elige atentamente la música que acompaña las escenas, la iluminación, el claroscuro, el ralentí y además prefiere primeros planos para subrayar la intensidad de ciertos momentos. Muy particular e innovador es el uso del comic en la película, o sea de los dibujos de Andy Riva, elementos de pseudo animación asociados a las escenas más importantes y más violentas.

Vi esta película hace unos años, y aún hoy en día sigue emocionándome. Este es un drama  de emociones contrastadas, amor y alegría,  dolor y  miedo,  que suscita una sensación muy rara de angustia, que permanece a lo largo de toda la película. Además el hecho de vivir las escenas desde la perspectiva de un niño afecta aún más,  permite identificarnos con  el personaje, sufrir y alegrarnos con él. Infancia Clandestina puede parecer un poco lenta, y seguro no es una película ligera, pero llama mucho a la reflexión,  lleva a pensar en hechos y acontecimientos que quizás antes eran menos conocidos y  permite  a cada uno elaborar una opinión propia, ya que no muestra un enfoque político ni juzga.

Autora: Silvia Casalicchio

Fecha: 23/06/2016

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